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Estefanía y Alejandro: la primera boda en la desescalada en Candelaria

La santacrucera (29) y el dominicano (40) se casaron ayer en el Ayuntamiento de Candelaria, el primer matrimonio que se formaliza en pleno estado de alarma
Estefanía y Alejandro protagonizan la primera boda en la desescalada en Candelaria FRAN PALLERO
Estefanía y Alejandro protagonizan la primera boda en la desescalada en Candelaria FRAN PALLERO
Estefanía y Alejandro protagonizan la primera boda en la desescalada en Candelaria FRAN PALLERO

Estefanía y Alejandro se conocieron hace tres años y en enero decidieron unir sus vidas en matrimonio. Entonces pusieron la fecha del 29 de mayo y decidieron que el salón de plenos del Ayuntamiento de Candelaria sería un buen sitio para tan trascendental acto.

“Nos gustó mucho, desde que aquí se casara mi hermano hace diez años”, comenta Fanny, como la llaman sus conocidos, añadiendo que “además tenía el aforo que necesitábamos, aunque ahora tuviera que quedarse en solo 42 invitados, “cien menos de los que tenía inicialmente antes de que llegara el coronavirus”. Aún así, sin esperar al final de la desescalada y por tanto de las restricciones sanitarias, Fanny y Alejandro quisieron mantener la fecha, siendo esta la primera boda que se celebra en Candelaria, una vez se han permitido los enlaces en fase 2, con no más de 50 personas en el interior y con las medidas de seguridad exigidas, como la obligatoriedad de las mascarillas, algo de lo que quedaron exentos los novios, “porque vivimos juntos” señaló la novia, con el consentimiento de Paco Pinto, el edil de las mil bodas. Sin embargo, muchos invitados tampoco hicieron uso de las mismas.

Tanto el oficiante, como los padrinos -los padres de la novia- y los invitados, mantuvieron en todo momento los dos metros de distancia interpersonal, aunque no todos con mascarillas, mientras los únicos besos fueron los que se dieron los que desde las seis y media de la tarde se convirtieron en marido y mujer, aunque al final de la ceremonia a  algunos se le olvidara que el bicho chino anda aún suelto por ahí y se relajaron en las muestras de efusividad.

Estafanía, santacrucera de 29 años, madre y ahora ama de casa -está en paro- y Alejandro (40), natural de la República Dominicana, contrajeron matrimonio civil porque “no somos católicos” y agradecieron la disponibilidad del edil Paco Pinto, “muy preparado y siempre dispuesto”, quien recordó ayer que ofició su última boda justamente un día antes de que se decretarse el estado de alarma, el 13 de marzo, cuando contrajeron matrimonio dos mujeres, que, cuando se enteraron del anuncio del decreto, adelantaron la ceremonia prevista para el 16 de marzo.

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