
Nada más llegar al parking, uno se da cuenta que aún la normalidad no ha llegado al Aeropuerto de Tenerife Sur, que sea gratis se agradece, pero no es buena señal si pensamos en la recuperación turística de la Isla.
No obstante, como nos decía Alberto, de AENA, “si usted piensa que esto es un muerto tenía que haber venido hace un mes, eso sí era un muerto”, comenta haciéndonos ver que comienza a verse la luz al final del túnel. Sobre todo cuando ayer, el primer día de la apertura de fronteras decretada por la Unión Europea -con algunas excepciones destacadas, como Estados Unidos o Rusia- aterrizaban en nuestro aeropuerto internacional 15 vuelos, 12 de ellos procedentes de diferentes países europeos, “cuando lo habitual hasta ahora eran dos o tres, desde que entramos en la fase 3, y casi todos medio vacíos, con extranjeros que tienen aquí su segunda residencia”.
Sin embargo, ayer la mayoría del millar largo de pasajeros que llegaron al Reina Sofía lo hicieron en condición de turistas, con sus maletas cargadas de ropa de verano y bañadores para pasar, mayormente, una semana en un destino que para muchos de ellos no es desconocido. Andrea, una suiza de Berna, era un ejemplo: “Llevo viniendo a Tenerife desde hace más de 20 años y estaba deseando este momento desde hace más de un mes, casi con las maletas preparadas”, mientras enfilaba la terminal en busca de un taxi que la llevara a Costa Adeje.
Otras dos parejas eran recepcionadas por Jonás, empleado de Tui recién salido del ERTE: “Los voy a llevar al Bahía Princess, de Playa Paraíso”, deseando que el sector comience a normalizarse para que “salgan más compañeros del ERTE y la Isla en general se recupere. Sin turismo no tenemos nada que hacer”, comentó.

El primer vuelo en aterrizar ayer en Tenerife Sur fue uno de Ryanair procedente de Madrid, pero poco después aterrizó, pasadas las diez de la mañana, otro de la compañía Edelweiss Air, procedente de Zúrich, casi lleno, con más de 140 pasajeros. Una de ellas, suiza de origen español, Jessica, acicalaba las mascarillas a sus cuatro hijos, mientras esperaba al transporte que les iba a llevar a un hotel de Costa Adeje, del que no recordaba el nombre. “Hemos aprovechado la semana de vacaciones del cole de los niños para venirnos a coger un poco de sol”, comentaba, mientras reconocía que “nos resulta extraño que aquí se obligue a llevar la mascarilla, algo que no ocurre en Suiza”, aunque estaba enterada de que “Canarias creo que está libre de Covid”, algo que no ha sufrido ni su familia ni ningún amigo en Basilea, donde reside.
La mayoría de los pasajeros que vinieron de Suiza reservaron sus plazas hoteleras a través de Internet y utilizaron como medio de transporte para llegar a sus hoteles los taxis y muchos coches de alquiler. Un empleado de Cicar, que también comenzaba a trabajar ayer tras salir del ERTE, nos comentaba que “para hoy tenemos 19 reservas y muchas más para el próximo fin de semana”, y aunque reconoció que “son cifras que no llegan al 20% de un día de julio del año pasado, al menos nos indica que la situación empieza a cambiar y podemos sacar los coches de su letargo”.
Los taxistas también veían el vaso medio lleno. “El aeropuerto es como una parada más para un taxi de Granadilla y ahora es cuando podemos sacarle rendimiento”, indicó uno de ellos, a la espera, por ejemplo, de los 15 vuelos, solo de la compañía Ryanair, que llegarán el domingo, el día que se presume con mayor intensidad de vuelos en el Reina Sofía, al menos durante esta semana.
De los 15 vuelos que llegaron ayer al Tenerife Sur, dos llegaron procedentes de Las Palmas y uno de Madrid, mientras que los 12 internacionales procedían de Zúrich, dos de Londres, Glasgow, Luxemburgo, Dusseldorf, Berlín, Katowice (Polonia), dos de Ámsterdam, Leicester y Mánchester.
5.000 vuelos menos
Ayer se abrieron las fronteras europeas a vuelos con terceros países de fuera de Europa y casi todos los del espacio Schengen. Si el año pasado eran 6.500 los vuelos que operaban el 1 de julio en España, ayer tan solo fueron 1.482, es decir, 5.000 menos. Esto se debe a que fuera del espacio Schengen, solo es bienvenido un listado de 15 países. En concreto, estaban programadas 390 llegadas y 391 salidas de vuelos nacionales; 342 llegadas y 337 salidas de la Unión Europea, y 11 salidas y 11 llegadas para terceros países. En su mayoría son vuelos de repatriación o de fuerza mayor.
El aeropuerto cuya actividad fue más intensa ayer fue el de Palma de Mallorca, con 210 operaciones, seguido de Barajas, con 178, y en tercer lugar encontramos al de Barcelona, con 172. Desde ayer, además, comienzan los controles que Sanidad ha establecido en estos espacios para intentar controlar a aquellos turistas que provengan con una sintomatología compatible con la Covid-19.
Control de llegada
Como se hizo ayer en el Aeropuerto Tenerife Sur, a todos los pasajeros se les controla la temperatura y se les hace una observación termográfica, además de exigirles un documento donde deben indicar cuánto tiempo pasarán en la Isla, con quiénes vienen y dónde se ubicarán, además de indicar si han tenido Covid.
Un Duty Free y un restaurante abierto
El Reina Sofía vivió ayer el mayor día de llegadas -15- de los últimos cuatro meses, pero aún se nota los rescoldos de la crisis de la Covid-19. No solo el escaso movimiento en los aparcamientos -aún gratis- y de transportistas, sino que en la terminal apenas hay abierta una tienda Duty Free y una cafetería en la sala internacional, mientras que en el hall principal solo están abiertas las oficinas de información de AENA y compañías aéreas, las de coches de alquiler y la farmacia, permaneciendo cerrada la cafetería-restaurante, algunos baños y hasta el cambio de monedas, algo que suponemos cambiará en breve.