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Cuando obras no son amores en Santa Cruz

Tres negocios cerrados y un descenso general de ingresos es el balance del primer mes de los trabajos en la avenida de Venezuela para unos comerciantes que exigen ayuda
Obras en la avenida de Venezuela FRAN PALLERO

Dice el refranero popular que obras son amores y no buenas razones, en referencia a que las buenas intenciones se demuestran con acciones.

En el caso de los comercios de la avenida de Venezuela de Santa Cruz, literalmente, las obras no son amores, y en sentido figurado tampoco, porque el apoyo que esperaban del Ayuntamiento de Santa Cruz para capear la caída de ingresos por culpa de una intervención en la avenida que va a durar ocho meses, no acaba de llegar. En mitad de una pandemia como la que estamos sufriendo, que se mueva la economía con asfaltados, alcantarillados o acerados varios en una capital como la de Santa Cruz supone un impulso al empleo y a la economía local, pero cuando se hace, según los comerciantes, a destiempo, justo antes de la campaña de Navidad, el resultado no es tan bueno como a priori se podría esperar.

Y esa es la queja de la treintena de comercios que se están viendo afectados por unas obras que comenzaron el pasado mes de noviembre, impactando de lleno en una campaña de Navidad y Reyes en la que estos comercios locales habían depositado todas sus esperanzas.

Una vez que las obras han comenzado, poco se puede hacer, por eso piden al Ayuntamiento que les preste un apoyo directo, algo más que buenas palabras. Según denuncian los comerciantes, ya son tres los negocios que han cerrado sus puertas, y alguno que otro está a punto de hacerlo, teniendo incluso que pedir dinero para pagar el alquiler ante la bajada de ingresos desde que se iniciaron las obras.

Una de las empresarias afectada muestra su indignación por el momento elegido. “Acabamos de salir de una pandemia que nos obligó a cerrar tres meses, y van y nos ponen unas obras en la puerta de los negocios justo antes de la campaña de Navidad, y la única respuesta que nos dan es que había que empezar ya porque si no había que indemnizar a la empresa. Y yo me pregunto quién nos indemniza a nosotros por este desastre”.

Esta empresaria reconoce que no va a abrir la tienda ni los sábados por la tarde ni lo domingos ya que, “no vale la pena el esfuerzo porque simplemente la gente no viene”.

La mayor queja de esta empresaria, que muestra el sentir de muchos otros, es que el Ayuntamiento aún no haya puesto sobre la mesa algún tipo de compensación, ni siquiera una campaña de apoyo al comercio local en la zona. “Yo tengo que seguir pagando mis impuestos, tenga ingresos o no, pero eso a nadie le importa”, lamenta.

Otro de los empresarios que muestra su queja lleva más de 25 años en el barrio. “Esta es mi forma de vida y sería muy triste, después de tantos años, tener que renunciar a ella por este desastre de organización con unas obras que podrían haberlas hecho antes o después pero no ahora”.

Ambos empresarios coinciden en criticar el mensaje del Ayuntamiento, que, por ahora, solo les dice que cuando acaben las obras “todo va a quedar precioso” y se va a recuperar todo el movimiento de la clientela. “Eso será si queda alguien abierto cuando terminen las obras, que van a durar nada más y nada menos que ocho meses, y si no hay retrasos como ha pasado con el parque de Las Indias”, lamentan estos comerciantes.

El sentimiento de abandono es absoluto y viene de lejos. “La gente cree que la avenida Venezuela se acaba en la rotonda y no es cierto. En este tramo también hay negocios y gente que depende de ellos para salir adelante. Si ni siquiera nos ponían luces de Navidad durante muchos años, y a base de protestar las acabaron poniendo”, explica esta empresaria que exige la atención que la zona entiende merece.
Insisten desde los comercios que es “un sinsentido que nos hablen de campañas de apoyo después de las obras, de aquí a allá a ver cuántos podremos aguantar esta situación”.

A pesar de todo, los empresarios reconocen que el diálogo con el Ayuntamiento es fluido, pero el resultado de sus quejas es prácticamente nulo. Por ahora, han conseguido que se habilite un solar en las inmediaciones para aparcamiento. Así se lo confirmó el concejal de distrito, Carlos Tarife, hace unos días, y, ayer mismo, el Boletín Oficial de la Provincia, recogía la publicación de la orden por la que se convertirá en solar de forma provisional. Sin embargo, aunque agradecen estos pequeños logros, suplir la bajada de ingresos es lo que necesitan para hacer frente a ocho meses muy duros.

La obra

La intervención en este tramo de la avenida Venezuela va a suponer la sustitución de 26 puntos de luz de alumbrado público por luminarias de tecnología tipo LED, así como el pintado de las columnas de alumbrado; ampliación del alumbrado público con el fin de mejorar la iluminación en la zona de aparcamiento en el entorno de la Iglesia (Calle de Mencey Imobac) y mejora de la acera en la calle Tanausú, aplicando un tratamiento antideslizante en la misma. Se procederá a la repavimentación del tramo comprendido entre la calle Princesa Guacimara y la plaza José Carlos Schwartz, y se procederá a la incorporación en la zona de la correspondiente red separativa de evacuación de aguas residuales y pluviales.

Un plan de dinamización en tres fases para acompañar al comercio

Desde el Ayuntamiento de Santa Cruz aseguran comprender el malestar de los comercios afectados por la obra y por ello ya se está trabajando desde la Sociedad de Desarrollo, junto con el Distrito Salud-La Salle, en un plan de acompañamiento y dinamización para la treintena de comercios que se están viendo afectados por la obras de la avenida Venezuela. Sin embargo, la principal demanda de los comerciantes, la de poder contar con ayudas directas o algún tipo de bonificación en sus impuestos, no es algo que se contemple por parte del Consistorio.

En cuanto al plan de apoyo, explica el Ayuntamiento que se trata de una intervención que se realizaría en tres fases. En la primera se haría un diagnóstico de la situación de los comercios, en la segunda se les ofrecería formación específica, y en la tercera, ya una vez terminadas las obras, la dinamización comercial, incluso con actividades en la calle si la situación pandémica lo permite para entonces.

De forma detallada, explican desde el Ayuntamiento de Santa Cruz, que la primera fase consistiría en la realización de un diagnóstico y acompañamiento. “Lo se va a hacer es un censo de los locales comerciales que hay en cada una de esas zonas, actividades a las que se dedican y un pequeño análisis DAFO (debilidades y fortalezas de los comercios)”, señala el concejal responsable de la Sociedad de Desarrollo, Alfonso Cabello. Según el edil, en esta fase, “también se les va a hacer un acompañamiento para ver cómo su relación con la obra se puede mejorar. Sería mantenerlos informados sobre detalles de la obra como ejecución, tiempos, acabados, en definitiva, mantenerlos al tanto e implicados en el desarrollo de la obra en cuestión”.

En la segunda parte, lo que se va a hacer es proponerles formación. “Queremos aprovechar el periodo de la obra para intentar mantenerlos abiertos, eso es labor de ellos también. Aprovecharíamos esa bajada de la actividad por la afección de la obra para ofrecerles cursos como los de gestión tributaria, escaparatismo, promoción en redes, etcétera”. “Al final -continuó el edil- se trata de hacerlos más competitivos para que cuando termine la obra en un entorno urbano mejor, ellos también hayan aprovechado para haber mejorado”.

La tercera y última parte sería la dinamización comercial pura y dura. “Consiste en hacerlos protagonistas entre su público potencial. Se identificarán los códigos postales de cada una de las zonas y se harán campañas específicas de proyección oficial”. La última etapa sería la ya comentada dinamización en la calle.

Según Cabello, esperan que dos semanas se puedan sentar con los comerciantes a explicarles todo este plan de acción.

Cierres

En cuanto a los locales que ya han cerrado, el edil señala que eso es algo que suele pasar cuando se acomenten obras de este calado. “Es verdad que todas las obras implican que los locales que ya vienen tocados reciben una puntilla, casi más moral que económica, al verse en un entorno en obras. Pero después, ese mismo entorno se revaloriza, y se producen nuevas aperturas. Por eso de lo que se trata de es de acompañarlos en esta travesía”.

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