
La pandemia de la COVID-19 y la falta de confirmación de los fondos que, en principio, quiere aportar el Gobierno de Estados Unidos al proyecto son los dos factores que han retrasado en los últimos meses la decisión sobre dónde se ubicará finalmente el Telescopio de Treinta Metros (TMT, por sus siglas en inglés), cuyo grupo promotor -formado por representantes de distintos países- había declarado hasta la fecha su preferencia por el monte de Mauna Kea, en Hawái, y establecido un terreno del municipio palmero de Puntagorda como opción B, vista la oposición de la comunidad nativa hawaiana a que se construya el instrumento óptico en la isla del Pacífico.
Así lo aseguran a DIARIO DE AVISOS fuentes del Ministerio de Ciencia e Innovación español, que detallan cuáles son los pasos a seguir, dentro del organigrama norteamericano, para que se dé luz verde o no a su entrada en el consorcio internacional que promueve la infraestructura. “Actualmente, el TMT está siendo evaluado científicamente por el Comité de Astronomía y Astrofísica de las Academias Nacionales de Estados Unidos, cuyo informe se espera para este verano”, señalan.
Con posterioridad, será la National Science Foundation (NSF) quien “decida el apoyo financiero que asignará al proyecto y si dan vía libre para su construcción en Hawái o en La Palma”. Y este departamento “se espera que defina su postura a mediados de 2022”. Es decir, que la Isla Bonita puede mantener sus esperanzas de albergar dicho aparato. De hecho, entra en las previsiones del Ministerio que a principios del año que viene “la NFS realice contactos de alto nivel con el Gobierno de España y otras administraciones para recabar información de primera mano sobre las ventajas que tendría la instalación en La Palma”.
En este sentido, destacan las mismas fuentes que el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) mantiene reuniones mensuales con distintos estamentos del equipo del TMT y, como parte de la aportación española, se han puesto sobre la mesa infraestructuras tanto en La Palma como en Tenerife, las cuales podrían ser utilizadas durante la vida del proyecto, “tal y como se refleja en el acuerdo de instalación que se firmó en su momento”. “Esas instalaciones están diseñadas, pero no hay financiación asignada para construirlas”, recuerdan. Aparte, se ha diseñado el plan de mejoras que se acometería en la carretera de acceso al Observatorio del Roque de los Muchachos si el telescopio se emplazara en las cumbres palmeras.
LA CIENCIA, DE NUEVO EN LA AGENDA DE EE.UU.
Desde la llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca se han retomado varias iniciativas vinculadas a áreas que no fueron consideradas prioritarias por su predecesor, el republicano Donald Trump, tales como el Cambio Climático o la Ciencia. Y en esa tarea de reanudar acciones e impulsar proyectos, se ha planteado que la nación norteamericana entre a formar parte del consorcio del TMT, al que ya pertenecen los gobiernos de China, Canadá, India y Japón, e incluso algunas organizaciones estadounidenses como el Instituto Tecnológico de California (Caltech) y, en calidad de miembro observador, la Fundación Gordon y Betty Moore.
No obstante, en cuanto a la ubicación del instrumento, es necesario tener en cuenta la oposición que ha manifestado la comunidad nativa hawaiana hacia su instalación en Mauna Kea, al entender que se trata de una montaña sagrada, según sus preceptos culturales. Es más, en declaraciones al DIARIO, esos mismos detractores expresaban que “no hay nada que negociar con nuestra tierra”, como muestra de que no tienen previsto dar su brazo a torcer. Y en ese contexto la Isla Bonita gana enteros, al contar con licencia de obra del Ayuntamiento de Puntagorda desde noviembre de 2019 -tal y como adelantó este periódico en su edición digital-, además de un profesado apoyo de la sociedad palmera, como se desprende del manifiesto -publicado en exclusiva por el Decano- suscrito por más de 100 entidades isleñas.