puerto de la cruz

Intento frustrado para desalojar el edificio Iders en el Puerto de la Cruz

Los propietarios de los edificios aledaños se muestran “indignados” y opinan que todo fue un “circo” para evitar la protesta prevista el martes
edificio Iders
Cerca de una docena de efectivos de la Policía Nacional y la Local se personaron ayer en el edificio Iders. Fran Pallero

“Ay, nos vienen a arreglar la puerta”, gritó en tono de broma desde el centro de la avenida una de las personas que viven en el edificio Iders, en el Puerto de la Cruz, al ver ayer el despliegue de efectivos policiales y personal de los servicios municipales tirando abajo el acceso principal al edificio y poniendo una cadena y un cartel en el que se dejaba expresa la prohibición de acceder al inmueble por encontrarse en ruinas.

A las nueve de la mañana estaba previsto el desalojo del edificio. Así constaba en la providencia firmada por el alcalde, Marco González, y así se comunicó el martes a los propietarios del inmueble junto con la hoja de ruta que el Ayuntamiento iba a seguir de aquí en adelante tras la declaración de ruina inminente, que cuenta con todos los informes técnicos y jurídicos necesarios, y las consecuencias que se derivan de la misma.

Sin embargo, nada de eso ocurrió. El inmueble no pudo ser desalojado a falta de una autorización judicial que avalara la medida, que no llegó y que se espera para hoy, afirmaron fuentes de Alcaldía.

Los vecinos y trabajadores de la zona se mostraron “indignados” con el intento frustrado de ayer, en el que durante toda la mañana se organizó un operativo policial “que fue un circo para nada”, ya que a excepción de dos de los ‘sintecho’ que se quedaron sentados en un banco porque no tienen documentación y se les requería, el resto entró y salió hasta que cerraron la puerta y se mantuvo el preventivo policial, que duró apenas unas horas.

A juicio de los vecinos, el anuncio del gobierno sobre el desalojado “fue una gran mentira” con el único objetivo “de parar la protesta que convocamos el martes y que sigue adelante”, subrayaron.

Aseguraron “estar hartos y cansados” porque es una situación que lleva 31 años, “ante la que nadie ha hecho nunca nada”, y aludieron al cartel que se puede ver en una de las ventanas del sexto piso del inmueble pintado con letras rojas: ‘Señor alcalde, nosotros también somos personas’. “Si son personas tienen que respetar a los vecinos y aquí no hay respeto”, sostuvieron.

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