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Candelaria recupera, tras dos años, la normalidad en la fiesta de la Patrona

Miles de personas acudieron ayer a la Villa Mariana para honrar a la venerada Morenita en su festividad oficial, ya sin las restricciones por la COVID y bajo un sol espléndido
Candelaria
Foto: Fran Pallero

Al cabo de dos años en donde la onomástica de la Virgen de Candelaria (2 de febrero) tuvo que celebrarse casi en la intimidad y con las medidas sanitarias de distanciamiento, la Villa Mariana volvió a vivir ayer la festividad de la imagen a la que debe su nombre, con miles de devotos, venidos de todas partes de la Isla -más de medio centenar de guaguas-, para asistir a las distintas misas del día, visitar a la Patrona o procesionar con ella alrededor de la plaza después de la eucaristía del mediodía, oficiada por el obispo Bernardo Álvarez y cantada extraordinariamente por el Orfeón La Paz.

La calle Obispo Pérez Cáceres acogió la procesión cívica y el traslado del pendón de la Villa hasta la Basílica, acto encabezada por la alcaldesa, Mari Brito, y la Corporación Local, con la participación de la Banda de Música Las Candelas, dirigida por Mauro Fariña Alonso, y la Policía de Gala de Candelaria y Santa Cruz de Tenerife. Posteriormente, comenzó la misa, tras entregarlo Mari Brito y el presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos, a los pies de la Patrona.

En la homilía, el obispo se refirió al significado cristiano de Candelaria, tras presentarse María en el Templo, ante los ancianos Simeón y Ana, con su hijo, una candela y dos pichones. Candelaria significa salvación, porque “no hay mayor sacrificio que hacer la voluntad de Dios”, como dijo el apóstol Santiago y “la candela ilumina ese camino”. Significa ofrenda, porque “se presentó al niño Jesús en el Templo”, y encuentro, porque, “como dijo Simeón, ya me puedo morir en paz, porque ha llegado el Mesías”. Insistió Bernardo Álvarez en que para acabar con los conflictos, abusos, maltratos y crímenes hay que ir “a la oración y dejar que María nos presente al señor”.

Mari Brito, que lucía un espectacular tocado, obra de Marisa By Loreiro (pieza de Candelaria me inspira), manifestó que, “tras estos dos años difíciles, esta es la primera fiesta que se celebra tal y como era antes de la pandemia, y no ha podido ser mejor. Muchísimas personas se han trasladado hasta el municipio para vivir este día y nos alegra que todo el mundo se sienta acogido bajo el manto de la madre y pueda expresar lo que siente. Nos afanamos en cuidar y respetar que el pueblo pueda vivir todo esto y creo que se ha conseguido en estos días”.

Autoridades

A ambos actos acudieron Sergio Nuez y Laura Quintana, en representación del municipio hermano de Teror, así como representantes de la Alcaldía de diferentes municipios de Tenerife y autoridades del Cabildo y Parlamento, como sus presidentes, Pedro Martín y Gustavo Matos, respectivamente.

Tras la misa, tuvo lugar la procesión alrededor de la plaza, que concluyó con la lluvia de voladores. Durante la tarde, Candelaria continuó recibiendo a aquellas personas interesadas en encontrarse con La Morenita, resaltando la ofrenda de toques de tambor a cargo de la Asociación Cultural Tafuriaste, que dio paso al Santo Rosario y a la eucaristía de las seis de la tarde, donde se presentaron a los niños y niñas nacidos hace 40 días a la Patrona, como hizo María con Jesús.

Se estrenaron el nuevo prior, Juan Manuel Martínez, y dos generales

Las autoridades no quisieron perderse ayer la festividad de Candelaria, en que se estrenaba como prior y rector de la Basílica, el dominico Juan Manuel Martínez, mientras que entre las autoridades, en este caso militares, hubo dos caras nuevas, el nuevo jefe del Mando de Canarias, Julio Salom, y el general jefe de la Guardia Civil en Tenerife, Juan Hernández, según recordó el obispo en la salutación antes de comenzar la homilía. Hubo una amplia representación de políticos tinerfeños, del cuerpo consular y de militares y cuerpos de seguridad, así como de sacerdotes de parroquias de la Isla.

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