En 1950, el físico italiano naturalizado estadounidense Enrico Fermi creó una paradoja que se basaba en una noticia que aseguraba que los ovnis superaban la velocidad de la luz. A partir de ahí, Fermi sugirió que estrellas similares al Sol con planetas habitables para la vida inteligente podrían haber existido antes que la Tierra, lo que implica que la vida inteligente podría haberse desarrollado antes de la existencia humana.
Siguiendo las ideas de Fermi, el astrofísico de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Amri Wandel, llevó a cabo un estudio en diciembre del año pasado. En este estudio, se calculó el tiempo necesario para que los extraterrestres y la Tierra entren en contacto.
El artículo publicado en National Geographic, que hace referencia al estudio de Wandel, afirma que los humanos están menos avanzados en inteligencia que otras civilizaciones inteligentes, a pesar del gran desarrollo tecnológico en los últimos años. Según el artículo, solo hemos estado transmitiendo señales de radio durante un siglo, lo cual es un tiempo demasiado corto para que una civilización extraterrestre las detecte.
El estudio de Wandel también revela que, aunque las señales emitidas durante los últimos 100 años han alcanzado una distancia de 200 años luz desde la Tierra, esto es una distancia insignificante en comparación con el diámetro de la Vía Láctea, que se estima en 100.000 años luz. La primera transmisión intencional de alta potencia enviada al espacio por el radiotelescopio de Arecibo en 1974 solo alcanzaría, en el mejor de los casos, los 48 años luz.
En base a los cálculos del astrofísico israelí, el tiempo que tardarían los humanos y otra vida inteligente en contactar sería de entre 400 y 50.000 años. Teniendo en cuenta que la distancia entre la Tierra y otros planetas similares al nuestro en la galaxia podría ser de varios miles de años luz, es poco probable que los humanos se encuentren con vida inteligente en el corto plazo.
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