La Ley de Cabildos establece que el presidente del Cabildo será, de forma automática, el que haya obtenido más votos. De no contar con los apoyos necesarios para mantenerse en la presidencia, los partidos que quieran aspirar a presidir la institución deben presentar una moción de censura.
Hasta el pasado 27 de junio este era el guion que debía seguirse en el Cabildo de Tenerife. El socialista Pedro Martín debía ser investido como presidente, y solo un día después, tal y como ya lo habían anunciado, tras alcanzar un acuerdo, CC y PP presentarían la correspondiente moción de censura, que se debatiría 15 días después, el 12 de julio.
Sin embargo, ese 27 de junio, Pedro Martín, tras asumir el cargo de presidente, anunció su renuncia al mismo, alegando que “Tenerife no se puede parar” en alusión a la presentación de la moción de censura y a la espera que tendría que darse para que se conformara el nuevo gobierno insular.
En ese mismo anuncio avanzó que ya había convocado dos plenos, a celebrarse hoy a partir de las diez de la mañana, uno para dar cuenta de su renuncia al Pleno, y otro para proceder a la elección del nuevo presidente.
Según explicó el propio Martín, este proceso se asemejará al de los ayuntamientos, donde los miembros del Pleno votan un nombre para ser el alcalde. Este proceso es del todo inédito en el Cabildo, puesto que nunca se ha elegido a un presidente mediante esta fórmula, no recogida en la citada Ley de Cabildos, y que abre dudas sobre su legalidad o sobre si es susceptible de ser impugnada.
Así, los 27 consejeros votarán por los cabezas de lista de cada una de las formaciones que componen el Pleno. En este caso son los de Rosa Dávila (CC), Lope Afonso (PP) y Ana Salazar (Vox).
Como fuera, el anuncio del presidente socialista dejó en dique seco la moción de censura de CC y PP, que está a la espera de que hoy se proclame a la nacionalista Rosa Dávila como la primera presidenta en los 110 años de historia del Cabildo.
La renuncia de Martín también deja la puerta abierta a que a lo largo del mandato se pudiera presentar una moción de censura, puesto que solo se admite una por mandato.
“Somos respetuosos, sabemos que hay un acuerdo entre CC y PP y es mi intención favorecer un tránsito de poderes ordenado, así que nos ponemos a disposición para colaborar en ese proceso”, explicaba Martín en ese Pleno que ha abierto la puerta a una situación del todo inédita en la Corporación insular.