El Ayuntamiento de La Laguna, desde el área de Patrimonio Histórico, acometerá la restauración de la escultura dedicada a San José de Anchieta, más conocido como Padre Anchieta, situada en la actualidad en los jardines del campus central de la Universidad de La Laguna. Para ello, contratará primero una serie de estudios analíticos y pruebas de limpieza in situ necesarios como paso previo a la redacción del proyecto de restauración de la escultura, según se explica en el documento elaborado por la Fundación Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (Cicop).
La realización de estos análisis y la redacción del proyecto de restauración suponen un presupuesto de 13.696 euros, aunque se cuenta con una subvención del Cabildo que cubre el 50% del importe, es decir, 6.848 euros.
La Fundación Cicop ya había emitido un informe, en 2021, en el que había hecho un estudio sobre el estado de la escultura, y en el que se recomendaba que se realizase “una conservación preventiva” del monumento, ubicado en aquel momento en la rotonda del mismo nombre a la entrada de La Laguna, donde ha estado mayoritariamente desde su inauguración en el año 1960. En el informe apuntaron que la obra “no presenta un grave deterioro en su estado de conservación”, aunque sí diversos daños “por la exposición de la obra a una atmósfera urbana sometida a una exposición directa al tráfico rodado” y “el poco cuidado que se ha tenido sobre la escultura” a lo largo de toda su existencia. Por lo que se aconsejaba, además, un cambio de ubicación de la obra, concretamente a su espacio actual en los jardines de la ULL, aunque cabe recordar que es temporal mientras duran los trabajos de remodelación de la nueva rotonda.
Antes de la redacción del proyecto de restauración, se realizará un análisis morfo-químico y alterológico de la escultura, como primer paso para determinar la naturaleza de las patinas y recubrimientos que originalmente fueron aplicadas sobre el bronce que la conforma, así como para comprobar si posteriormente se aplicó algún tipo de tratamiento de limpieza, inhibición o protección.
Asimismo, se llevará a cabo una inspección organoléptica de la escultura y su pedestal pétreo, a fin de determinar las formas de alteración presentes, como oxidaciones, grietas, corrosión, etcétera. En ambos casos, se tomará una serie de micromuestras para su posterior estudio en laboratorio.
Todos estos estudios permitirán determinar el número, naturaleza, espesor y estado de conservación de los recubrimientos originales y posteriores tratamientos de conservación aplicados, así como el grado de corrosión que presenta la escultura desde la superficie hacia el interior y el estado del pedestal pétreo que la soporta.
Una vez finalizada la inspección organoléptica descrita, se podrán definir los tipos de pruebas de limpieza a realizar, si bien en principio se plantean pruebas de limpieza química y, en caso de que no fueran efectivas, pruebas con proyección de microabrasivo de baja dureza, como piedra pómez, por ejemplo.
Una vez concluidos los estudios morfo-químico y alterológico de la escultura, y definidos los métodos de limpieza y productos de protección más adecuados, para lo que se prevé un plazo de dos meses, se redactará el proyecto de restauración de la escultura.
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