El Parque Rural de Anaga es todo un lujo gastronómico para la isla de Tenerife. Tres chefs y un pastelero, que trabajan en la capital tinerfeña, fueron los encargados de convertir esos productos en una gastronomía de primer nivel.
Estos son algunos de los ejemplos. Pedro Nel Restrepo, del Etérero, convirtió la vieja en un tartar con aceite arbequina y lima; Nacho Solana, de La Fula Gastrobar, realizó un chicharro marinado, con productos de la huerta de Anaga, en escabeche agridulce y un cherne negro asado a la llama y clarificado de potaje de berros, y Alberto González Margallo, de San Sebastián 57, un pulpo a la parrilla con espuma de papa antigua de Anaga y aceite de arbequina volcánica y un cabrito de Anaga en cocción larga, esencia de su jugo y batata asada con mantequilla de leche de cabra. El postre le correspondió a Alexis García, de 100×100 hojaldre, quien preparó una baba de naranja y cardomomo y un mar de nubes de mango y tomillo.
Los vinos seleccionados cumplieron largamente los objetivos previstos, más aún cuando algunos de ellos son ediciones muy cortas de poco más de 1.000 botellas. Se degustaron el Mataznos 33 blanco de Bodega Mataznos; el Viña Norte sostenible, tinto; el Origen 1989 de Bodega El Lomo tinto, y el Linaje de Pago tinto.