La receta es un secreto bien guardado, solo compartido entre dos personas, pero durante más de cinco décadas, el Kiosco Rojo en la Vía Transversal, ubicado en la Dársena Pesquera de Santa Cruz, ha sido el lugar donde se sirve el mejor bocadillo de atún en Tenerife. A lo largo de esos cincuenta años, los Samarín, primero con Antonio como el patriarca y ahora con su hijo David, han estado comprometidos con su negocio, sin cerrar ni un solo día durante el verano, y sin fallar a su clientela.
La historia del Kiosco Rojo en la Dársena y sus deliciosos bocadillos se remonta a los primeros años de la década de 1970. En una época en la que prácticamente no había nada alrededor, Antonio Samarín tomó la audaz decisión de construir un pequeño kiosco para atender a los trabajadores de la zona. En sus palabras, “No había nada alrededor”. Sin embargo, pronto comenzaron a llegar marineros de barcos holandeses, coreanos y rusos, y estos marineros se convirtieron en su primera clientela.
Los días eran agotadores, comenzando temprano, a las 5:30 de la mañana, como lo hacen hoy en día. Pero con el tiempo, la clientela creció aún más cuando diversas empresas de procesamiento de pescado se establecieron en la zona. Antonio llegó a mantener el kiosco abierto las 24 horas del día para poder atender a todos los trabajadores. En cierto momento, incluso ofrecían comidas, ya que a él le apasionaba la cocina. Cerraban a las 16:00 horas, pero muchas personas acudían a llevarse comida para llevar, y el lugar se llenaba de vida.
El mejor bocadillo de atún de Tenerife
Pero por si algo es conocido el Kiosco Rojo es por sus bocadillos. Hay tres especialidades, aunque tienen de más tipos: el de atún, de carne mechada y de caballa.
La madre de David Samarín, junto a él, son los únicos que conocen la receta. El de atún destaca por su adobo y el sabor que le da el tomate y la cebolla. Detrás de cada uno de ellos hay mucho trabajo: “Nosotros hacemos toda la elaboración. Con el de mechada, por ejemplo, tardamos mucho en todo el proceso. El lunes pasado hicimos casi 50 kilos y eso nos dura semana y media, no más. Luego tenemos que comenzar otra vez”.
Despacha unos 200 bocadillos al día y el local permanece abierto “hasta que se acaba el pan” o nunca más allá de los 14.30 horas. Eso durante los últimos 50 años sin fallar un solo día, solo los sábados, domingos y festivos: “Cuando llego a abrir, a las 5.30, ya tengo gente esperando fuera y yo a esa gente no le puedo fallar. Solo una vez mi padre y yo vinimos a trabajar y tuvimos que irnos, pero vinimos y abrimos”.
Ahora, aunque su clientela mayoritaria es la los trabajadores de la Dársena y los marineros que hasta allí llegan, desde todos los puntos de la isla se acercan a probar el mejor bocadillo de atún de Tenerife, el del Kiosco Rojo.