Luis Espinosa

La mujer de las palomas

Estaba en Falca, en la capital, descansando, tras un ajetreado día con mis amigos Pedro y Juan

Serenidad

Los botánicos, antropólogos, zoólogos y demás gente culta con insaciable hambre de conocimientos y con un enorme corazón, dicen, lloran, protestan y proclaman que existen plantas, animales e incluso grupos humanos de etnia difusa que están muy cerca de extinguirse o que, desgraciadamente, se han extinguido, provocando un intenso dolor en las mentes de la

Los almohadones vagabundos

Vivo en mi vieja casa terrera. Vivo solo y ya mayor esperando únicamente que llegue la hora de mi partida

La mujer de las palomas

Estaba en Falca, en la capital, descansando, tras un ajetreado día con mis amigos Pedro y Juan (ya deben saber ustedes que no se llaman exactamente así, pero es que pronunciar su verdadero nombre, o escribirlo, con esa cantidad de consonantes entre las que nada alguna naufragada vocal, es un pequeño sacrificio que procuro evitar)

La bruja de Killingdogs

La noche era oscura, llovía, no se apreciaban luces en la estrecha calle ni en las pocas casas de la misma

El ataque de los aviones

Cuando se es joven y si, especialmente, se sale con amigos de la misma o parecida edad, existen ocasiones en que se les ocurren actos que, de otro modo, no se llevarían a cabo. Esta vez éramos cuatro, todos varones, los que trepábamos por las faldas de una colina, en realidad un viejo volcán con

Un cuento de miedo

¿Recuerdan a don Florencio? Ese mismo, al que no dejaban ni morir. En este caso ocurrió que aparecieron por aquel pueblo los hijos de antiguos amigos del Nuevo Continente. Dos caballeros, con sus respectivas esposas, gente de tierra adentro, para los que el mar era la fuente de todas las maravillas del mundo. Enrique y

Barahúnda

A don José le salió un grano en su párpado inferior izquierdo. No le gustó. A doña Adela tampoco

Sendero II: Montaña de Tafada

Un paseo por esta zona de Anaga, si el día está soleado, permite de disfrutar de unos paisajes poco vistos y que, según mi modesta opinión, merecen la pena. Un compañero peninsular que una vez acompañó a nuestro Grupo no se podía creer que, tras un paseo de varias horas transitando por una espléndida selva

Recordando II

¿Se imaginan un chaval de 16 años, más inocente de lo normal, metido en un viaje de cinco días, él solo, aunque ayudado en alguna ocasión?

Barahúnda

A don José le salió un grano en su párpado inferior izquierdo. No le gustó. A doña Adela tampoco. Así que pidieron consulta al afamado oftalmólogo sin hacer caso de su vecina, doña Eduvigis, que diagnosticó sin vacilar: eso es un orzuelo. Cuando les dieron hora ya había desaparecido el rojizo y doloroso punto que

Túnel

Al principio todo fue bien. El deslizarse mente y espíritu por la concavidad, aún con cierta luminosidad, a sus espaldas le reconfortaba y le permitía soñar con una rápida travesía